TW

Dos de los ocho ayuntamientos de Menorca –Maó y Alaior- bajarán los impuestos el 2015, mientras que los otros seis mantendrán la actual carga fiscal. Conseguir el equilibrio presupuestario es el gran reto de unos municipios gravemente endeudados por la gestión fácil e irresponsable de aquellos años en que las cuentas públicas se cuadraban con el recurso fácil de nuevos préstamos a largo plazo, lo que ha prohibido expresamente el Ministerio de Hacienda. En el actual escenario de reducción de ingresos y de pesada digestión de la deuda, como administración más próxima al ciudadano, los alcaldes deben priorizar el gasto para garantizar la eficaz prestación y la buena gestión de los servicios municipales.

No es momento de afrontar nuevas inversiones, porque hay que mantener equipamientos e infraestructuras que demandan otras fórmulas de gestión con la participación del sector privado.

Solo los ciudadanos de Sant Lluís notarán el próximo año los efectos de la revisión catastral, necesaria para adecuar los valores inmobiliarios a los precios del mercado, que han bajado por la crisis; pero el resto de los ayuntamientos de la Isla no se plantea esta medida ya que reduciría los ingresos que obtienen a través del Impuesto de Bienes Inmuebles.