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El presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, anunció ayer la convocatoria de una consulta alternativa, con la misma fecha y las mismas preguntas, pero con un marco legal diferente. Los catalanes que lo deseen podrán votar, pero la carga política de su decisión dista mucho de los planteamientos iniciales, que habían cosechado un amplio respaldo en la sociedad catalana.

Es la vía de escape que Mas se ve obligado a utilizar para esquivar el bloqueo impuesto por el Tribunal Constitucional al referéndum. Esta decisión ha roto el acuerdo político catalán y abre una nueva etapa en el conflicto de Cataluña con el Estado, que sigue sin hallar solución.

El Gobierno central ha esgrimido la Constitución como un escudo frente a quienes reclaman el derecho a decidir para determinar qué vinculo quiere mantener la sociedad catalana con el resto del Estado. Pero la cuestión de fondo sigue pendiente de una respuesta satisfactoria. Es preciso afrontar y resolver, de una vez por todas, cuál debe ser el encaje de Cataluña y España. Mas, desbordado, ha buscado una salida de emergencia con un sucedáneo de consulta. Es el momento del diálogo y la solución política.