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El Consell insular aprobó ayer los presupuestos para el 2015, que ascienden a 81,3 millones, en un pleno marcado por la 'sentencia Cesgarden' y la coincidencia entre el equipo de gobierno del presidente Tadeo y los dos grupos de la oposición en que las medidas de contención del gasto y de saneamiento de las cuentas de la institución aplicadas durante esta mandato eran «obligatorias».

En un debate de esta naturaleza, por su trascendencia política, llama la atención que quien debería liderar la oposición, el PSOE, no presentase una sola enmienda, ni a la totalidad ni parciales, mientras que el PSM, que llevó el peso de la crítica con un intervención bien preparada, solo presentó tres enmiendas, una de las cuales fue aceptada por el PP.

Corresponde al Consell liderar las reivindicaciones e impulsar las iniciativas que resuelvan los problemas de la Isla, al formar parte de estas soluciones como institución de gobierno de Menorca. El equipo de gobierno precisa de una oposición sólida, capaz de plantear alternativas coherentes y solventes. La errática intervención de Joan Marquès, portavoz socialista, evidencia un grave déficit que el PSOE debe corregir.