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La tercera votación parlamentaria para elegir a la presidenta de la Junta de Andalucía, la candidata socialista Susana Díaz, ha ratificado la negativa de todos los grupos de la oposición para apoyar su investidura.

La convocatoria de un próximo pleno queda aplazada hasta que se hayan celebrado las elecciones del 24 de mayo, con lo que el PP, Podemos y Ciudadanos aplazan su decisión.

Esta inédita situación evidencia el error de cálculo de Susana Díaz, que mediante acuerdo con IU había aprobado los presupuestos del 2015 y su gobierno gozaba de estabilidad. El adelanto electoral ha abierto un escenario de inestabilidad e incertidumbre en la política andaluza, contaminada por el tacticismo -en clave electoral y de política española- con que actúan los partidos, sobre todo Podemos y Ciudadanos, que evitan cuidadosamente pronunciarse sobre la investidura.

El laberinto en el que se ha metido la presidenta en funciones de Andalucía se resolverá después del 24 de mayo. El futuro de la Junta de Andalucía está más vinculado que nunca a los resultados de las elecciones municipales y autonómicas y a las decisiones que se adoptarán con perspectiva estatal.