TW

El Govern presentó ayer el borrador del nuevo impuesto de turismo sostenible, la denominada ecotasa, con la comparecencia conjunta de la presidenta Francina Armengol; el vicepresidente y conseller de Turisme, Biel Barceló, y la consellera de Hisenda, Catalina Cladera. Es un tributo que gravará las estancias turísticas de todo tipo en Balears -hoteles, viviendas y cruceros- mediante el cual espera el Ejecutivo autonómico recaudar entre 50 y 80 millones de euros anuales.

El impuesto ha provocado el rechazo de la práctica totalidad del empresariado turístico al considerar que restará competitividad a las islas como destino. El Govern quiere convertir esta iniciativa en una medida emblemática de esta legislatura para obtener recursos destinados a la protección medioambiental y la mejora de la oferta. El debate se suscita en torno a cómo se aplicará el tributo.

Por su impacto económico, hay que actuar con cautela, evitar precipitaciones e improvisaciones para no caer en los errores del pasado. Hay que resolver aspectos como el cobro a los cruceros en los puertos estatales y las compensaciones a los residentes. Queda, por tanto, un largo camino a recorrer.