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Los resultados electorales del 20 de diciembre, además de configurar un Congreso de los Diputados sin mayorías claras, lo que exigirá diálogo, pactos y negociaciones, ha alterado el mapa político de Balears. Las tres formaciones políticas que integran el Govern -el PSIB-PSOE, Més per Mallorca y Més per Menorca- han sido ampliamente superadas por Podemos y solo han conseguido dos de los trece parlamentarios elegidos en el archipiélago. Dos diputados que pertenecen al PSOE, mientras que Podemos ha logrado tres: dos diputados y un senador. En el recuento final el PP balear consigue siete al sumar tres diputados y cuatro senadores; y Ciudadanos, uno.

Podemos, que hizo posible la investidura de Francina Armengol, se ha negado a entrar en el Govern y a asumir la cuota de responsabilidades y desgaste que implica la gestión en el Ejecutivo. En cambio, en Menorca forma parte del gobierno tripartito del gobierno del Consell de Menorca con PSOE y Més. Podemos debe clarificar su posición porque no puede seguir en el gobierno y en la oposición en Balears. Se impone la cohesión y la estabilidad en Govern, en lugar del tacticismo y estrategias de partido.