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El director de Biodiversidad del programa MaB de la Unesco (Hombre y Biosfera), Miguel Clüsener, ha afirmado que «la isla de Menorca sigue siendo un modelo como reserva de biosfera al ser un territorio habitado que combina actividades económicas de desarrollo sostenible con la protección de los recursos y espacios naturales».

El doctor Clüsener, que ha efectuado estas manifestaciones en el ciclo «(re)Pensar Menorca», organizado por MENORCA «Es Diari», añade que «las reservas de biosfera deben servir para avanzar, no para prohibir ni para imponer restricciones».

El programa y los objetivos de la declaración de Menorca como reserva de biosfera, aprobada por la Unesco en 1993, encuentran su sentido con la implicación de la población local. O sea, han de ser los propios menorquines quienes deben ser conscientes de qué significa y qué implica formar parte de esta red mundial. El desarrollo sostenible debe constituir un instrumento a favor de actividades económicas que permitan el progreso de Menorca.

Más calidad, evitar la masificación y combatir la estacionalidad constituyen objetivos de la reserva menorquina, que no significa crecimiento cero.