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En la presentación del procedimiento para las Directrius Estratègiques de Menorca, la presidenta del Consell, Maite Salord, manifestó ayer que, desde hace unos años, una parte significativa de la sociedad menorquina reclama unos criterios generales que puedan dar respuesta a la pregunta '¿hacia donde vamos?'. Uno de los principales retos de la respuesta consiste, subrayó Salord, en aglutinar un consenso capaz de superar los ciclos políticos y «orquestar los planes, leyes y normas que se superponen en un corpus de regulaciones sin estructura ni objetivos conjuntos».

Esta es la primera cuestión a afrontar y resolver para transitar hacia un modelo sostenible en un territorio limitado como es una isla. El actual equipo de gobierno del Consell ha encargado al Institut Menorquí d'Estudis el impulso y coordinación de esta estrategia para la Menorca del siglo XXI, cuya elaboración coincidirá con la revisión del PTI del 2003. Un documento que no fue aprobado con consenso social ni político.

La definición del nuevo modelo socioeconómico de Menorca exige un amplio acuerdo y, en primer lugar, racionalizar, reducir y ordenar la hiperregulación de planes y normas.