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El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, reiteró ayer la negativa de su formación política a prestar algún tipo de apoyo a una nueva investidura de Mariano Rajoy. Sánchez considera que corresponde al candidato del PP recabar los apoyos parlamentarios para ser reelegido, pero sin los diputados socialistas, que actuarán como oposición en la próxima legislatura.

Con esta decisión, el PSOE no facilitará la investidura de Rajoy pero, al mismo tiempo, renuncia a explorar las opciones para un Gobierno de izquierdas. Pedro Sánchez simultanea esta doble negativa con un entendimiento con Podemos. Las diferencias entre el secretario general del PSOE y Pablo Iglesias han aumentado después de las elecciones del 26-J y se hallan en posiciones casi irreconciliables en lo político y en lo personal. En cambio, Francina Armengol propugna un acuerdo entre socialistas y podemitas. Con el 'no' del PSOE, Rajoy ve debilitada su posición negociadora frente a Ciudadanos para conseguir una nueva investidura, además de encarecer las cesiones a grupos como el PNV para que se decanten por la abstención. Los resultados del 26-J no evitarán una salida inestable a la actual situación.