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El accidente registrado en las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia de Maó, después del jaleo, con dos caballos desbocados que arrollaron a la multitud, en el tramo comprendido entre la calle Ciutadella y el Pont de Sant Roc, reabre el debate sobre las normas de seguridad y las medidas de protección en las fiestas menorquinas cuyo protagonista son los equinos.

La alcaldesa Conxa Juanola ya ha anunciado que convocará la Junta Local de Seguridad para valorar y analizar cómo han transcurrido las fiestas de este año con el doble objetivo de mejorar la aplicación de los Protocols y garantizar la seguridad, tanto de los asistentes a los actos multitudinarios, como los jinetes que participan.

Entre las cuestiones a evaluar destaca la limitación del número de caixers y las exigencias de una adecuada preparación. Maó debe abordar, como ya hecho el Ayuntamiento de Ciutadella para las fiestas de Sant Joan, la redacción de un plan de autoprotección, con independencia del volumen de personas exigido por la ley. Es preciso contar con criterios de prevención, coordinación y protección para actuar con eficacia, evitar accidentes y garantizar la seguridad de todos.