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Los datos sobre la evolución del Producto Interior Bruto (PIB) de Balears registran un crecimiento del 4,2 por ciento durante el segundo trimestre, que en el caso de Menorca ha sido del 3,9 por ciento. Cifran que sitúan la actividad económica en niveles similares a los indicadores del 2007, antes del estallido de la crisis económica que tanto impacto ha tenido.

El optimismo de estos datos no puede ocultar las realidades, por lo que no se pueden repetir los errores del pasado. El crecimiento debe ser sostenible y sólido, no basado en burbujas que se desvanecen.

El Govern no puede demorar más la regulación del fenómeno del alquiler turístico vacacional, porque, en caso contrario, su efecto será pan para hoy y hambre para mañana. Al mismo tiempo, las empresas de la oferta turística complementaria han de ser competitivas y precisan apoyos. Inversores y emprendedores precisan de una seguridad jurídica indispensable para consolidar la recuperación económica.

Las instituciones de Balears han de hacer frente común, una vez desbloqueada la política española, para lograr una mejor financiación que complemente al sector privado.