TW

La inapelable victoria del candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, frente a la opción demócrata de Hillary Clinton ha sido recibida con sorpresa en Europa. Los medios económicos ya están asimilando con rapidez la irrupción del multimillonario empresario en su estreno en la política, mientras los analistas y politólogos intentan hallar las claves de su arrollador éxito, que no supieron detectar las encuestas.

Lo ocurrido en Estados Unidos es la respuesta de una incomodidad social y una protesta soterrada derivada de la crisis, que ha afectado a amplias capas de la población. El fenómeno, que se da en Europa, ha saltado el Atlántico.

Trump llega a la presidencia gracias a una hábil y efectista campaña electoral y porque Clinton no llegó a ilusionar a sus propias bases, con feudos tradicionales que le han dado la espalda. Cuando se ha confirmado que tenía asegurada la elección, Trump suaviza sus proclamas y modera el discurso con el que consiguió el triunfo. Habrá que esperar sus primeras decisiones para saber hasta dónde llega la cohetería y qué persiste de sus alarmantes propuestas. Ahora la incertidumbre se apodera del mundo.