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El expresidente del Govern José Ramón Bauzá, hoy senador por designación del Parlament, anuncia su candidatura a la dirección regional del PP balear, cargo del que fue forzado a abandonar en julio de 2015 tras la severa derrota que sufrió en las elecciones municipales y autonómicas. Una decisión que ha sorprendido, incluso, al grupo de antiguos altos cargos de la pasada legislatura que formaban su círculo de fieles. Muchos de ellos le han abandonado ante este movimiento inmaduro y precipitado.

Bauzá solo alimenta ansias personales, ya no responde a ningún proyecto político con futuro y carece de apoyos. La militancia, y también el electorado, del Partido Popular no olvidan que sus formas y su talante fueron determinantes para el fracaso de 2015. El expresidente está hipotecado por un cúmulo de planteamientos erróneos que no corrigió durante su mandato.

El PP ha sido un referente básico para el conservadurismo moderado y centrado en Balears, terreno en el que ha cosechado relevantes triunfos, más cuando ha acentuado su discurso regionalista. Bauzá no representa esta opción. La torpeza con que actúa en lugar de provocar adhesiones, suscita rechazo, y potencia las opciones de la corriente regionalista, encabezada por Gabriel Company.