TW

La cada vez mayor dependencia del turismo, una elevada estacionalidad de la temporada -la más alta de Balears- y la falta de oportunidades laborales definen el modelo económico de Menorca, caracterizado por su falta de dinamismo y de atractivos. Un conjunto de factores que provocan el retroceso de la población residente en la Isla, de manera que en tres años, Menorca ha perdido 3.582 habitantes, 747 durante este año.

La tendencia positiva, después de cincuenta años con tasas de crecimiento que alcanzaron el mayor volumen en 2013 y 95.183 inscritos en los padrones, se trunca a partir del 2014. Según la profesora Maria Lluísa Dubón, salen más personas de las que entran. El estancamiento de la economía menorquina, con indicadores que denotan una gran debilidad o resultados negativos, provoca el decrecimiento y, al mismo tiempo, la caída demográfica.

Menorca debe reflexionar sobre las causas de este decrecimiento, los motivos de la pérdida de competitividad, la disminución de la población y por qué sufre con más dureza el impacto de la estacionalidad. Es un debate que no se puede soslayar ni aplazar para fijar medidas y marcar otro rumbo.