Joan Cardona ingresará en la cárcel para cumplir una condena de tres años por un delito de agresión sexual. Preservando siempre el dolor de una joven que fue la víctima, el proceso judicial no ha despejado numerosas dudas. La condena se basa exclusivamente en la identificación que hizo la víctima de Joan Cardona como su agresor cuando le vio en el supermercado donde ella trabajaba. Hay jueces que se refieren a los numerosos errores de identificación que se producen y que inducen a sentencias injustas.
Es verdad que se mantuvo firme en esa identificación, sin embargo muchos elementos del desarrollo del suceso plantean interrogantes. Cardona es homosexual, nunca ha tenido ni ha conducido una moto, y testimonios de familia y amigos le sitúan en su casa la misma hora del suceso o manteniendo una conversación por whatsapp.
A pesar de los recursos y de la petición de indulto denegada, la familia no ha obtenido respuestas suficientes, más allá de la ratificación de la sentencia inicial. Es verdad que la justicia debe velar especialmente por las mujeres víctimas de agresión sexual, lo que no exime de ser exigentes en la investigación y el contraste de las pruebas para dictar un veredicto de culpabilidad.
