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El padrón de habitantes dado a conocer ayer por el Instituto Nacional de Estadística refleja un importante descenso de la población extranjera en Balears, con las excepciones de las comunidades china e italiana. Varias causas explican este fenómeno, como los efectos de la crisis económica, aunque es preciso advertir la discrepancia entre los fríos datos estadísticos y la percepción en la calle.

La recesión económico obligó a numerosos extranjeros a abandonar la aventura de la emigración, aunque también se registró una salida intencionada al buscar la opacidad fiscal. Un elevado número de residentes británicos y alemanes optaron por salir del censo para dificultar el control de la Agencia Tributaria sobre su patrimonio en España. Un hecho que tendrá efecto sobre los municipios afectados que al tener menos habitantes verán alteradas sus condiciones electorales.

Habrá que valorar si este retroceso tiene carácter coyuntural o se acentúa. Al no contar con un padrón ajustado a la realidad se genera una imagen distorsionada de la realidad social de Balears, cuyas instituciones se ven obligadas a trabajar con una radiografía errónea. Un hecho que acarreará consecuencias.