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Concluyó ayer el servicio que han venido prestando en los accesos a las playas los vigilantes de la empresa de seguridad contratada por el Consell insular. Durante los próximos quince días solo actuarán los informadores que pertenecen a la Fundació de Persones amb Discapacitat de Menorca, y a partir del 1 de octubre ya no funcionará este dispositivo.

El balance del funcionamiento, durante la temporada turística de este año, de los accesos y los aparcamientos a las playas, concretamente las no urbanizadas, se salda con un suspenso. Se han registrado problemas, retenciones, protestas y, en conjunto, se ha actuado con improvisación como confirma que el Consell tuviera que modificar el criterio inicial para reincorporar el doble filtro de control en el acceso a las playas de la costa sur de Ciutadella, mediante la vigilancia en Sant Joan de Missa. La institución insular debe analizar a fondo lo sucedido este verano y revisar sus planteamientos para, el 2018, aplicar otros criterios, teniendo en cuenta que las playas situadas en espacios protegidos tienen una capacidad de estacionamiento limitada por cada plan especial. Ha faltado una gestión más eficaz.