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La Conselleria de Salut ha decidido evaluar cómo influye la falta de recursos en la compra de medicinas en Balears. Este estudio pone el foco en un problema que, hasta ahora, había pasado desapercibido: la pobreza farmacológica que afecta a quienes no pueden adquirir los medicamentos que les han sido prescritos al no poder hacer frente al copago. Un nuevo fenómeno del que se desconoce su verdadera dimensión.

El copago para los jubilados se implantó en 2012 para reducir los costes del sistema sanitario español y también se justificó para atajar los abusos. Ya se advirtió del error que suponía la aplicación de esa medida de manera indiscriminada sin tener en cuenta los niveles de renta de cada persona. Porque hay ciudadanos que no pueden afrontar el pago de consumos cotidianos tan necesarios como son el gas y la electricidad, la pobreza energética. Por tanto, no extraña que exista la pobreza farmacológica. Combatir el abuso o fraude en el gasto farmacéutico no puede justificar el cobro de unos costes que resultan inasumibles para las economías familiares con ingresos precarios. Nuevos conceptos de pobreza después de la crisis que exigen ser atendidos.