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A los indicadores sobre el progresivo envejecimiento de la población de la Isla, difundidos ayer por el Observatori Socioambiental de Menorca, se añaden los que publicamos hoy con 200 menorquines que se marcharon durante el 2017 y la disminución de más de 3.400 ciudadanos de la Unión Europea desde 2013. Resulta especialmente significativo que el número de británicos censados en Menorca haya caído a la mitad en estos últimos cinco años por aumento de la presión fiscal, el impacto que está teniendo el brexit y las dificultades en las conexiones aéreas.

Todos estos datos impactan negativamente sobre la situación demográfica de Menorca con la pérdida de población. La sociedad menorquina se ha transformado y hoy somos una economía de servicios en la que el turismo adquiere cada vez mayor peso, a pesar de los esfuerzos para mantener los sectores agroalimentario e industrial que han perdido competitividad y luchan por sobrevivir en un entorno globalizado.

25 años después de la declaración de Menorca como Reserva de la Biosfera llega el momento de preguntarnos si nuestro desarrollo socioeconómico es sostenible y si será duradero.