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Al tomar posesión en enero pasado como director de la Oficina Anticorrupción de Balears, el exinspector de Hacienda Jaime Far aseveró que «la tentación por el lucro indebido es amplia y casi omnipresente, toda persona está condenada a corromperse en algún momento, dependiendo de sus posibilidades y sus circunstancias». Estas afirmaciones causaron malestar en el Govern del Pacte, que ahora recela de las primeras actuaciones llevadas a cabo por Far e intenta controlarlo.

Esta oficina, anunciada por PSOE, Més y Podemos como un instrumento para luchar contra la corrupción en Balears, sigue aún sin reglamento que defina sus funciones, porque el Parlament -por falta de voluntad política del Pacte- está demorando su aprobación. Mientras, el honesto director ha abierto unos ficheros con las participaciones de los cargos públicos en empresas, así como datos relativos a delitos procesales, penales y sanciones pecuniarias, administrativas o privaticas de libertad. Todas estas acciones de Jaime Far incomodan a los partidos del Pacte, que constatan como se le ha escapado el control de la flamante Oficina Anticorrupción precisamente porque intenta cumplir las funciones.