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Junio ha arrancado en el Aeropuerto de Menorca con un tercio de los vuelos retrasado o cancelado. Las incidencias se repiten y en sólo cuatro días ya llevamos diez trayectos suspendidos y otros 82 que han sufrido retrasos.

El resultado son largas y tediosas esperas, que han llegado a sumar trece horas, con el lógico malestar e indignación de los pasajeros afectados por las demoras; aviones que son desviados con cambios repentinos en las rutas inicialmente previstas, y vuelos donde se han vendido más pasajes que las plazas disponibles. Escenas de caos, nervios y quejas en aumento.

El transporte aéreo es vital para una región insular como Menorca. Las comunicaciones han de ser seguras, ágiles, y sin dudas e incertidumbre. Coger el avión para salir de la Isla o desplazarse a Menorca no puede convertirse en un acertijo sobre retrasos, cambios y cancelaciones. La demanda de plazas en los trayectos interislas ha aumentado de forma significativa desde la entrada en vigor del descuento del 75 por ciento. Los problemas con Vueling se suceden mientras Air Nostrum subcontrata con Canaryfly y la aerolínea lituana DOT LT para dar respuesta a esta demanda. Más aviones y menos retrasos.