El exduque de Palma, Iñaki Urdangarín, accede al segundo grado penitenciario al cumplirse los dos meses de su ingreso en la prisión de Brieva. No hay, como indican los expertos, un trato de favor con el marido de la infanta Cristina, con la excepción de la celeridad en la tramitación de su situación carcelaria. El siguiente paso, que será el tercer grado, sólo puede plantearse cuando haya cumplido un cuarto de la condena, lo que sitúa a Urdangarín en diciembre de 2019.
Tras ser condenado por el ‘caso Noos’, Iñaki Urdangarín optó por ingresar en la cárcel de mujeres de Brieva, que dispone de un pabellón para hombres. Es el único interno que lo ocupa, por lo que cabe preguntarse si es una situación excepcional. El cuñado del Rey goza de unas condiciones extraordinarias de privacidad, difícilmente justificables. Del mismo modo que no sería de recibo una severidad injustificada, tampoco lo es el trato amable que supone ser el único ocupante del pabellón masculino de Brieva.
El sistema judicial y penitenciario español tienen mucho en juego con Urdangarín. Cualquier desliz pondrá en entredicho su independencia tras el escándalo del ‘caso Noos’.
