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Corresponde al Govern ejercer y gestionar la política en materia de recursos hídricos. Para ello cuenta con el Plan Hidrológico de Balears, cuyas actuaciones deben desarrollarse, siempre y cuando dispongan de recursos presupuestarios, en dos etapas: la actual, del 2015 al 2021; y la que está prevista del 2021-2027. Pero los alcaldes de Menorca acordaron ayer, a propuesta del primer edil de Es Castell, Lluís Camps, solicitar al Ejecutivo autonómico que concrete y acelere las inversiones y las infraestructuras previstas para la Isla, al considerar muy lejano el horizonte final del 2027.

El Consell gestionará ahora esta petición municipal, lo que implicará el desplazamiento a Menorca de los responsables en materia hidráulica para debatir la situación de Menorca y valorar las previsiones de un Plan Hidrológico que, entre las obras proyectadas, incluye la conexión de la desaladora de Ciutadella al resto de la Isla. Esta inversión está siendo cuestionada ahora, cuando se anuncia la conexión de la desaladora con los depósitos de Son Blanc para el 2019. Como advierte Lluís Camps, «es preciso analizar y prever; no aceptaremos que nos digan que aquí estamos mejor». La pelota, sobre el tejado del Govern.