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El estudio y las conclusiones del estudio redactado por la consultora Cinesi, encargado y costeado por el departamento de Movilidad del Consell insular, ha reabierto las tensiones y los desacuerdos entre los taxistas de Menorca. El origen del conflicto son las licencias temporales autorizadas durante este pasado verano en el municipio de Maó. El informe Cinesi, que advierte irregularidades y disfunciones en el servicio del taxi en Menorca, ha motivado vivas y severas reacciones.

Los taxistas de Es Castell, Sant Lluís y Ciutadella manifiestan ahora su intención de abandonar el área de prestación conjunta, mientras que el Ayuntamiento de Alaior pretende incorporar siete licencias temporales y más, y Maó -municipio para el que se han previsto 27- no descarta añadir algunas más. Falta por conocer aún la reacción de los taxistas de Ferreries. El malestar primero y la crispación después se ha ido extendiendo a todos los municipios de la Isla, de manera que peligra la continuidad del área de prestación conjunta.

En una palabra, pocos y mal avenidos en un escenario que exige la gestión política del Consell, para resolver el problema con eficacia y sentido común.