TW

Un año después de la advertencia difundida por Endesa sobre la extrema urgencia para adaptar la central de Maó a las directivas de la Unión Europea, la Comisión Balear de Medio Ambiente ha autorizado la instalación de una planta de ósmosis destinada al tratamiento del agua procedente de la depuradora conjunta Maó-Es Castell.

Endesa ha alertado, reiteradamente, que es preciso reducir las emisiones de la central a partir del 1 de enero del 2020, fecha límite fijada por la UE para cumplir las directivas comunitarias y que las instalaciones ubicadas en la Colàrsega de Maó puedan seguir funcionando. En caso contrario, estará operativa en un veinte por ciento de su capacidad y solo podrá generar 41 megavatios, cuando en la época de menor demanda, Menorca necesita 65 megavatios. Al quedar sin enlace submarino, toda la energía eléctrica que precisa la Isla procede de la central de Maó, con un escenario de aislamiento energético que protagonizó el gran apagón registrado a finales de octubre.

El deseo de cerrar la central de Maó choca con la realidad de que hoy es más necesaria que nunca. Por ello, ya no se puede demorar más el inicio de las obras de adaptación.