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En 24 horas, Gabriel Company ha dado un giro audaz a un escenario en el que su autoridad como presidente del PP balear se había visto menoscabada. La inesperada designación de María Salom como número 1 de la candidatura al Congreso de los Diputados por Balears, cerrada unilateralmente en Madrid en contra de los planes de la dirección del PP de las Islas, soliviantó a las bases y puso a Company en una situación precaria. Una decisión que pilló a contrapié a los populares de Balears quienes, erróneamente, habían dado por amortizada demasiado pronto a la veterana política inquera, ejemplo de supervivencia.

El malestar del PP balear llegó a la calle Génova, donde ayer se cambió el guión y Company, que había quedado desautorizado el viernes, compareció como ganador de esta crisis interna con una solución de consenso que le refuerza. La dirección nacional releva a Salom por Margalida Prohens, persona de confianza del presidente del PP balear y también de Casado. De este episodio se deduce que aún existen varios canales de relación del PP de las Islas con Madrid y que Company debe consolidar su liderazgo y su auctoritas, para lo que ayer dio un paso decisivo.