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Cinco meses después del gran apagón que, en octubre pasado, afectó durante 56 horas a 38.000 usuarios de Menorca, el secretario de Estado de Energía se comprometió ayer a «analizar cuál sería el número de grupos necesarios para cubrir puntos prioritarios». Al mismo tiempo, evaluará su coste para minimizar el impacto de una nueva interrupción del suministro eléctrico en la Isla.

El apagón de octubre evidenció el aislamiento energético de Menorca, al depender exclusivamente de la central de Endesa de Maó. Cinco meses seguimos en la misma situación de precariedad y de excepcionalidad que persistirá mientras no hayan concluido las obras para la instalación del nuevo enlace submarino con Mallorca, que ahora ejecuta Red Eléctrica.

Sostiene el Ministerio para la Transición Ecológica -al frente del que se encuentra Teresa Ribera, buena conocedora de la realidad menorquina- que Menorca cumple la normativa y los parámetros de garantía de suministro eléctrico. Pero necesitamos un plan de contingencia eficaz, no el documento de tres folios redactado por Red Eléctrica, que garantice una actuación inmediata en caso de producirse otro gran apagón.