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El estudio realizado en el marco del proyecto europeo Blueislands Interreg Med pone de manifiesto el impacto de los residuos plásticos en nuestro litoral, tanto en las playas más concurridas como las que se hallan en enclaves más alejados o, incluso, protegidos. Mientras que en las primeras abunda la contaminación por microplásticos enterrados en la arena, en las segundas la falta de limpieza provoca la acumulación de residuos de más volumen.

Los ayuntamientos costeros realizan un importante esfuerzo para la limpieza de las calas más turísticas, conscientes de su importancia desde el punto de vista económico. Pero en aquellas zonas que carecen de una explotación comercial directa las administraciones apenas dedican recursos para retirar los residuos, la mayoría arrastrados por el mar. Así lo constatan las etiquetas de los envases. Plásticos arrojados de países del norte de África o desde barcos que navegan junto a Menorca se acumulan en la zona costera. Esta realidad exige respuestas y medidas.

Queda mucho por hacer para aumentar la concienciación ciudadana. Un gran esfuerzo que debe implicar al resto de países de la ribera mediterránea.