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La intervención, ayer, de Alberto Núñez Feijóo ante el presidente del PP, Pablo Casado, adquiere gran relevancia después de los malos resultados que obtuvo esta formación en las elecciones generales del 28-A. El líder gallego afirmó que «Vox ha sido el juguete de Pedro Sánchez para dividir a la derecha» y apuntó la línea estratégica para los comicios del 26 de mayo.

Un viraje hacia el centro político para abandonar las posiciones radicales que el pasado domingo castigaron al PP en las urnas, con el objetivo del abrir el espacio del PP desde la centralidad para frenar la izquierda.

En Balears, el presidente regional del PP, Gabriel Company, ha hecho autocrítica tras la severa derrota del 28-A, cuya explicación hallamos en el abandono de las esencias ideológicas de centro que caracterizaba a los populares. Company y Coia Sugrañes marcan distancias con Vox. En Menorca la presidenta insular del PP rechaza el llamamiento del partido de Abascal para una estrategia electoral conjunta. Los dos líderes del PP fijan como objetivo la recuperación de la credibilidad, premisa inexcusable si aspiran a recuperar con solvencia el gobierno de las principales instituciones de las Islas que se votará el 28-M.