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Entre las previsiones presupuestarias del Govern para el próximo año no figuran nuevos impuestos ni el aumento de la presión fiscal. Criterios de cautela ante los anuncios de desaceleración de la economía balear. Los impuestos ‘verdes’ -para gravar los coches de alquiler, las emisiones contaminantes en los aeropuertos o los grandes tendidos- han quedado aparcados, pendientes de un ciclo económico más positivo y contar con plenas garantías jurídicas.

La demora en la aplicación de estos nuevos impuestos confirma las reticencias internas que esta cuestión suscita en el seno del Govern, donde socialistas y ecosoberanistas discrepan sobre la idoneidad de su entrada en vigor. El compromiso de aprobar los impuestos ‘verdes’ forma parte del Pacte de Bellver, que marca los objetivos del Govern Armengol para esta legislatura. Esta iniciativa, que ya no se materializó en el anterior mandato, sigue paralizada mientras persisten las discrepancias políticas. Los presupuestos autonómicos del 2020 se perfilan como unas cuentas de transición, con el Régimen Especial que sigue pendiente de desarrollo en sus aspectos fiscales y la incertidumbre de seguir con un Gobierno en funciones.