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La relación entre los dos principales partidos independentistas catalanes, ERC y JxCat, vivió ayer uno de sus momentos de mayor tensión. La decisión de la Mesa del Parlament, con el voto en contra de los posconvergentes, de acatar la resolución de la Junta Electoral -ratificada por el Tribunal Supremo- de retirar el escaño de diputado al president Torra, agrava el conflicto en el seno del soberanismo. Chocan dos líneas muy claras: la de los republicanos, más pragmáticos, y la de Puigdemont y Torra, dispuesto a mantener la desobediencia.

En el caso de ayer el presidente del Parlament, Roger Torrent, se negó a que Torra votara los presupuestos de la Cámara para evitar impugnaciones. Finalmente, los diputados de JxCat se negaron a votar si no lo hacía Torra y los presupuestos fueron rechazados. Hoy será otro día importante en el Parlament. Comparecerán ante la comisión que investiga el 1 de Octubre seis exconsellers presos. Falta por saber si esta convocatoria servirá para restañar heridas o avivará la tensión. De fondo están el pacto entre ERC y el PSOE y la respuesta en la calle. ¿Habrá protestas, pacíficas o violentas, contra ERC y a favor de Torra?