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El comercio local libra una dura batalla en la que se juega su futuro porque lucha por sobrevivir. La acusada estacionalidad de la temporada turística en Menorca, el crecimiento exponencial de las ventas a través de Internet -que se constata con la frenética actividad de las empresas de reparto de paqueterías- y la liberalización de las rebajas, en realidad su desnaturalización, son los factores que están ahogando la actividad comercial como se había entendido y realizado durante años.

Entre los empresarios del sector se incrementa la tendencia a cerrar sus establecimientos al acabar la temporada turística y reabrir cuando empieza de nuevo. Ello significa que durante seis meses, de noviembre a mayo, muchas tiendas permanezcan cerradas al carecer de clientes.

Al mismo tiempo aumentan las compras a través de las plataformas digitales, que ofrecen toda clase de productos a golpe de click y con entrega en el domicilio. La facilidad del transporte, gracias al descuento del 75 por ciento para los residentes, incentiva los desplazamientos a Mallorca, con una oferta comercial mucho más amplia.

El comercio local se halla ante una encrucijada que demanda respuestas, medidas y acciones.