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El presidente del Parlament, Vicenç Thomas, propugnó ayer en el acto institucional del Dia de les Illes Balears, «grandes acuerdos» y «grandes pactos» para «resolver los problemas de la ciudadanía» de las Islas.

Aludió a la insuficiente financiación, que nos sitúa como una de las tres comunidades -junto con Madrid y Catalunya- que aportamos más a los Presupuestos del Estado de lo que recibimos; la necesidad de dotar de contenido al Régimen Especial, concretamente las medidas fiscales, cuya entrada en vigor se demora desde febrero del año pasado; y la redefinición de los Consells insulars a partir de la nueva ley que, aún en fase de borrador interno, no ha sido remitida por el Govern como proyecto al Parlament. Los consells adquirieron una doble natura

leza, como instituciones de la Comunidad Autónoma, al entrar en vigor el Estatut de 1983. Con la Ley de Consells Insulars aprobada por el primer Govern del Pacte en 2000 se les adjudicó, de facto, el gobierno, la administración y la representación de cada isla. 37 años después de la aprobación del Estatut es preciso afrontar el definitivo encaje de los consells en la arquitectura político-administrativa de Balears. Una comunidad en la que no existe sentimiento de balearidad, formada por un Govern y cuatro consells insulars que ejercen poderes ejecutivos e incluso ostentan la potestad reglamentaria. Todo un reto para el gran acuerdo que reclama Vicenç Thomas.