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El plan que ayer solicitó la presidenta Armengol a Pedro Sánchez para reflotar y relanzar el turismo en Balears forma parte de las medidas de rescate de la economía de las Islas que deben redactar sin demora el Ejecutivo autonómico y los agentes sociales con la participación de los partidos de la oposición. Las acciones para que la industria turística -primer sector generador del PIB balear- vuelva a recuperar su pulso y actividad han de concretarse con las aportaciones y la implicación activa de quienes desempeñan la acción de gobierno, pero también de quienes ejercen la oposición. La labor en el ámbito institucional ha de tener en cuenta y atender todas las propuestas que, desde el sector privado, aporten las organizaciones empresariales, sindicales y profesionales. Este plan de reconstrucción de la economía balear ha de llevarse a cabo con rapidez y eficacia a medida que se levanten las restricciones por el confinamiento. Corresponde al Govern liderar los planes de recuperación, pero no basta con pedir al Gobierno del Estado. El consenso que se alcanzará entre los agentes políticos, sociales y económicos de las Islas demanda respuestas mediante el acuerdo necesario con Sánchez para inyectar recursos a Balears, una comunidad muy mal financiada que siempre ha practicado la solidaridad con el resto de autonomías.