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El Gobierno sacó ayer adelante la quinta prórroga del estado de alarma tras reducir su planteamiento inicial: quince días más en lugar de un mes. Ciudadanos y el PNV apoyaron la medida.

Pero este acuerdo ha tenido un elevado coste político al resquebrajar el bloque que posibilitó la investidura de Pedro Sánchez como presidente, del que se ha descolgado Esquerra Republicana de Catalunya. La estrategia gubernamental contra la pandemia pierde apoyos. Sánchez ha tenido que optar entre el apoyo de los grupos independentistas catalanes o Ciudadanos, una disyuntiva que acabará marcando la legislatura. El acercamiento del Gobierno a Inés Arrimadas tiene una clara frontera en el independentismo, insalvable en ambas direcciones.

Al mismo tiempo Ciudadanos trata de recuperar el espacio que perdió en las últimas elecciones, aunque ello también le distancia del Partido Popular. El reajuste de apoyos al Gobierno, que debe mantener una complicada mayoría con Podemos y una constelación de partidos minoritarios, debe superar una reválida imprescindible: la aprobación de los presupuestos. Entonces se sabrá si estamos ante una entente coyuntural con Cs o se trata de acuerdos con más calado.