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La severa recesión en la que está inmersa la economía de Menorca al acumular dos trimestres con caídas del PIB -35,7 por ciento en el segundo trimestre y el 4,7 por ciento en el primero- aporta nuevos indicadores negativos. A 31 de agosto un total de 154 negocios comerciales habían formalizado su baja. No hablamos de la interrupción de la actividad, sino del cierre.

Aún desconocemos los datos del tercer trimestre, que agudizarán la caída de la actividad, y los establecimientos que han optado por cerrar a partir del 1 de septiembre. El desplome de las facturaciones está paralizando la economía en Menorca, con reducciones nunca registradas en el consumo y la inversión. Se avecinan meses difíciles, con miles de trabajadores sin empleo por la destrucción de puestos de trabajo y la interrupción de la industria turística. Los ERTEs y los subsidios amortiguan una situación dramática para muchas familias que carecen de ingresos. Hay que combatir este escenario, pero ahora mismo persiste la incertidumbre por los rebrotes, el virus que sigue circulando y contagiando, y la vacuna que aún no se ha obtenido. Mientras persista la emergencia sanitaria por la pandemia se agravarán la crisis social ni la económica.