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Preocupa el escaso éxito de las campañas de prevención para evitar la propagación del coronavirus, con incumplimientos clamorosos. Cuando faltan unas semanas para que comiencen las campañas de vacunación masiva, que en breve autorizará la Agencia Europea del Medicamento, da la impresión de que se está alcanzando un nivel de descontrol absoluto. Las aglomeraciones callejeras son una constante, como también lo son en establecimientos de todo tipo –comerciales y de ocio–, fiestas ilegales y comportamientos individuales irresponsables. La próxima distribución de la vacuna ha generado un ambiente de relajación que puede tener dramáticas consecuencias.

Durante el primer trimestre del próximo año, unas 50.000 personas en Balears, pertenecientes a los colectivos más vulnerables y personal sanitario recibirán la vacuna anti-covid, cifra que se espera ampliar durante el segundo trimestre. Ello permitirá afrontar la temporada turística de 2021 en condiciones muy diferentes a las actuales. Hasta entonces es una temeridad bajar la guardia, el riesgo de incrementar la cifra de fallecidos o de colapso en el sistema sanitaria es real. Hay que tenerlo muy presente y actuar en consecuencia.