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El arranque de la vacunación contra la covid-19 en España -en la que se han depositadas tantas expectativas- contrasta con la evolución de la pandemia, que sigue expandiéndose a pasos agigantados. Resulta inexplicable que teniendo ya el remedio para evitar nuevos contagios, el ritmo de vacunación sea insignificante y muy alejado de los anuncios realizados. No es de recibo argumentar jornadas festivas o falta de recursos –Cataluña invoca la falta de ultracongeladores para almacenar el medicamento- cuando la enfermedad se sigue propagando, infectando y matando.

Balears presenta una cadencia de vacunación superior a la media española pero es preciso agilizarla y acelerarla. Al transferir el Gobierno central la gestión a las comunidades, el Govern ha de movilizar más recursos -farmacéuticos, militares y otros profesionales- para no demorar el suministro de la vacuna, empezando por la población de riesgo y los trabajadores esenciales. En este contexto no se entiende porqué Menorca queda excluida de la tercera remesa de la vacuna que llega a Balears. Nos referimos a 4.875 dosis para Mallorca y Eivissa. La Conselleria de Salud ha de explicar estos criterios de reparto.