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Con los contagios disparados -Menorca ha pasado de una incidencia de 103,9 casos por cada 100.000 habitantes a 170,2 en sólo diez días-, aumenta la presión sobre el Mateu Orfila, donde los ingresos se han duplicado en seis días.

Mallorca y Eivissa se hallan en situación de máximo riesgo, lo que obliga a incrementar las restricciones para frenar el avance de la pandemia en Balears. El martes entrará en vigor en Mallorca el cierre de las grandes superficies y los gimnasios, la limitación de la ‘comida para llevar’ en bares y restaurantes durante quince días. Son la consecuencia del incumplimiento de las normas durante las fiestas de Navidad.

Aunque la nueva expansión del virus no afecta sólo a Balears, los mensajes de cautela no han calado. La situación adquiere tintes dramáticos por las elevadas tasas de letalidad, el colapso del sistema sanitario y las nefastas consecuencias en la economía. La vacunación es el sistema más eficaz para frenar la pandemia, por lo que el Govern debe acelerar la administración de la vacuna entre la población. En esta estrategia no pueden escatimarse recursos para conseguir el fin de esta crisis sanitaria y sus efectos perjudiciales en todos los ámbitos.