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En plena expansión de la tercera ola del coronavirus en Balears, la presidenta del Govern comparece mañana en el Parlament, obligada por la oposición, para explicar cómo ha gestionado la triple crisis de la pandemia: sanitaria, social y económica. Los ciudadanos de las Islas, según la encuesta del Instituto Balear de Estudios Sociales, supenden la gestión política de la emergencia, tanto del Gobierno de Pedro Sánchez como del Govern balear. La presidenta Armengol tiene una magnífica oportunidad para realizar autocrítica. La crispación, la frustración y el malestar de la calle han de obtener respuestas, más allá de anuncios y buena voluntad.

Además de cohesionar a su Govern, tensionado por los desmarques de Més, Armengol debe tender la mano a la oposición porque la devastación que sufre la economía y la sociedad balear demanda grandes pactos, con lealtad institucional. Acierta el PP de Gabriel Company al negarse a participar en la intempestiva moción de censura promovida por Vox. También hay que denunciar los reiterados incumplimientos del Gobierno central hacia Balears y evitar que las islas queden relegadas en el reparto de los fondos de recuperación de la UE.