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La triple crisis: sanitaria, económica y social que desde hace un año devasta a Balears ha disparado las demandas de ayuda de familias y personas que han quedado sin recursos al carecer de trabajo e ingresos para subsistir. Se hallan en situación de precariedad y también de exclusión que no les permite cubrir los gastos de vivienda, electricidad y suministros básicos. Desde marzo a diciembre Caritas Diocesana ha atendido en Menorca a 575 nuevos usuarios por el impacto de la covid.

En el conjunto de Balears un total de 6.852 personas han acudido por primera vez a Caritas en las tres diócesis para recibir ayudas sociales, con un incremento del 55 por ciento respecto al mismo periodo de 2019.

En Menorca esta entidad que depende de la Diócesis ha llevado a cabo sus actuaciones gracias a las aportaciones de 410 personas y entidades, que han ascendido a 342.000 euros. Al mismo tiempo, el obispo Francesc Conesa ha creado y dotado con una aportación inicial de 100.000 euros, el Fondo Diocesano de Solidaridad Covid-19 que ha permitido dar respuesta a las demandas de servicios básicos. La pandemia no está controlada y las peticiones siguen llegando a Caritas Diocesana.