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A medida que se prolonga la crisis por la pandemia se hacen más evidentes los estragos que está causando en los sectores productivos, necesitados de liquidez y solvencia. El decreto de ayudas directas, que fue aprobado por el Gobierno el 12 de marzo, con una previsión de 855 millones de euros para Balears -de los que unos 80 han de llegar a Menorca- dejó incomprensiblemente fuera a actividades como los fabricantes de calzado y los productores de queso.

La Asociación de Comerciantes de Menorca también manifestó su queja por la exclusión de parte de la actividad comercial de estas ayudas, que aún carecen de fecha para ser tramitadas y pagadas. El sector calzado ha alcanzado un acuerdo con el Govern para ser incluido en el decreto, pero aún persiste la discriminación para los fabricantes de queso. Los criterios son tan restrictivos que sólo una de cada doce empresas podrá beneficiarse. Urge revisar estos criterios y atender la reclamación de las actividades excluidas.

Si se quiere salvar el tejido empresarial, evitar la destrucción de puestos de trabajo y sentar las bases para reactivar la economía local es preciso actuar con rapidez y eficacia, acabando con estas exclusiones.