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La recuperación en Menorca, este verano, de más del 60 por ciento del tráfico aéreo español gracias a la apuesta estratégica y las programaciones de las aerolíneas a favor de Balears constituye una sólida señal de la reactivación del turismo, motor de la economía de las Islas. Las compañías aéreas ya han valorado el cambio psicológico de los visitantes que prefieren viajar a destinos cercanos en su propio país. Y Menorca incrementa su atractivo para el turismo nacional por sus buenos índices sanitarios. Ser valorado como destino seguro y sin riesgos es la gran baza, aunque se ha evitado una cuarta ola de la covid en el archipiélago aplicando unas severas restricciones que penalizan a bares y restaurantes. La rapidez y eficacia de la vacunación -que arrastra una preocupante demora- adquiere una trascendencia capital. Balears no puede permitirse otra temporada fracasada. La reapertura turística depende del ritmo de las vacunas, que se debe incrementar. Alemania anuncia que comprará 30 millones de dosis de la vacuna Sputnik y abre la puerta a que otros países de la UE adopten una decisión similar. Porque la prioridad consiste hoy en agilizar la lenta campaña de vacunación.