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El curso escolar 2022-2023 viene marcado por el inicio de la aplicación de la ley educativa aprobada a finales de diciembre de 2020 por el Gobierno de Pedro Sánchez. Este curso la norma se desarrollará solo en los cursos impares: primero, tercero y quinto de primaria; primero y tercero de la ESO, y primero de Bachillerato. El curso 2023-2024 será el turno del resto de cursos y de la nueva prueba de acceso a la universidad. Entre las novedades que trae la Lomloe destaca la desaparición de los boletines de notas y que no habrá notas numéricas, salvo en Bachillerato. Los sindicatos educativos denunciaron en mayo la premura de su entrada en vigor.

El Govern lo admitió, pero dijo que «viene derivado del calendario de aplicación de la nueva ley» y anunció una propuesta de flexibilización de los plazos así como de las tareas que tienen que hacer los centros. Destaca la formación del profesorado y la elaboración de los nuevos materiales curriculares. Todo ello exige un enorme esfuerzo a los docentes y a los alumnos afectados. Las incertidumbres que origina la precipitada aplicación de la Lomloe en Balears motiva el anuncio de movilizaciones de los profesores para expresar su descontento. Una norma de esta naturaleza debe estar consensuada y contar con el apoyo con los profesionales de la Educación, en lugar de mirar sólo los tempos políticos.