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La demanda en el sector de la construcción y la instalación de energía alternativas lleva a los instaladores eléctricos al borde del colapso, de manera que la falta de profesionales especializados es el principal problema al que se enfrentan las empresas. La salida del letargo económico que provocó la pandemia hace aflorar carencias, muchas de las cuales son imprevisibles a corto plazo. Los representantes del gremio admiten que las empresas libran cada día una batalla para contratar profesionales, cumplir con los plazos de ejecución y atender los nuevos pedidos. La situación se complica por la falta de componentes.

La instalación de placas solares, como admitía hace pocos días el titular del departamento de Transició Energètica, Juan Pedro Yllanes, ya no es una anécdota; la apuesta por la energía solar no deja de crecer. Hay que insistir en que no se está ante una punta de demanda, la respuesta a la falta de instaladores eléctricos pasa por la ampliación de la oferta educativa en Formación Profesional. Resulta urgente abrir nuevas líneas para hacer realidad el objetivo de implicar la formación con las exigencias empresariales para asegurar una salida laboral. Es una buena oportunidad en la que vale la pena trabajar de manera conjunta para encontrar puntos de encuentro entre el mundo educativo y empresarial.