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Los empresarios de la construcción de Balears denuncian la falta de mano de obra. «No encontramos ni peones», afirman, y también pronostican que habrá dificultades por las turbulencias financieras. Al mismo tiempo advierten que se necesitan edificar 7.000 viviendas al año para dar respuesta a la gran demanda en un territorio insular con limitaciones como el abastecimiento de agua para la población residente y los visitantes. La reclamación de los constructores, que cifran su petición de mano de obra entre 10.000 y 15.000 trabajadores, contrasta con las 2.302 personas inscritas en marzo como parados en las Islas, de las que 218 corresponden a Menorca.

La ejecución de las obras en Balears se ve lastrada, además, por la escasez de material, la crónica lentitud en la tramitación de licencias municipales y la falta de promociones de viviendas públicas. Los empresarios de este sector han de valorar el convenio que ha firmado hostelería en Balears, con importantes mejoras salariales para los próximos años; razón que podría explicar el escaso interés por cubrir las vacantes en las obras y donde las condiciones de trabajo son especialmente duras. Esta no debe ser la única, pero si una poderosa razón que explique las contradicciones a las que asistimos. El objetivo consiste en ofrecer vivienda digna y a precio asequible, lo que hoy no es posible en Balears.