TW

Las informaciones sobre el grupo Wagner, un ejército de mercenarios liderado por el multimillonario Yevgueni Prigozhin, son confusas pero confirman el caos generado en Rusia en lo que se interpreta como un golpe de Estado contra Vladimir Putin. La milicias rebeldes se encaminan hacia Moscú mientras que desde el Kremlin se blinda la capital. Algunos analistas advierten que se podría desencadenar una guerra civil, un escenario de consecuencias impredecibles para la segunda potencia mundial y los equilibrios de las grandes economías.

El alzamiento del grupo Wagner, en la ciudad de Rostov, ha sido el punto de partida de esta crisis en plena ofensiva de Ucrania para recuperar los territorios invadidos. La estrategia de enviar mercenarios a los frentes más peligrosos puesta en marcha por el Ministerio de Defensa ruso fracasa de manera estrepitosa. La reacción del pueblo ruso ante este giro de los acontecimientos es una incógnita. El cambio de rumbo de la guerra en Ucrania ha sorprendido a los dirigentes de los organismos internacionales y potencias implicadas, incluidos los Estados Unidos. Mientras el presidente Zelenski habla de síntomas de debilidad del régimen de Vladimir Putin, el resto de los países occidentales opta por la cautela a la espera de conocer con más profundidad qué sucede en realidad en la enorme Rusia.