Desde su fundación, Vox ha adquirido una notoriedad equiparable a la de otros partidos europeos de la extrema derecha. Su pujanza no es un fenómeno aislado, sino la réplica de un movimiento que se ha ido cocinando a fuego lento. En el caso de la formación de Abascal, salvo el estancamiento en Andalucía, hasta hace poco todo habían sido buenas noticias. Las elecciones municipales y autonómicas del 28M convirtieron a Vox en un actor clave. Con el modelo castellanoleonés como referencia, decidió irrumpir en los gobiernos autonómicos y el PP no le puso demasiadas trabas. A excepción de Murcia, donde el acuerdo ha sido imposible; y Balears, donde el PP gobierna en minoría, la formación de Abascal ha logrado áreas de poder y acuerdos programáticos relevantes.
La marcha de Espinosa de los Monteros acentúa la crisis de Vox
09/08/23 4:00
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