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El proceso para declarar Patrimonio de la Humanidad al legado talayótico de Menorca, iniciado hace catorce años, culminó ayer en Riad con la aprobación de la candidatura y su inclusión en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. La iniciativa, impulsada desde el Institut Menorquí d’Estudis, ha tenido que recorrer un largo camino, con dificultades y frustraciones, como la registrada en 2017, cuando Icomos tumbó la propuesta.

El reconocimiento obtenido ayer marca un punto de partida para llenar de contenido, dotar de presupuesto e impulsar una gestión inteligente de esta declaración. Menorca Talayótica es un actuación en la que se han implicado todas las fuerzas políticas de la Isla, los sucesivos gobiernos del Consell desde que, en 2010, la institución inició los trámites. Entidades, organismos públicos y privados, arqueólogos e historiadores han participado en lo que constituye un objetivo común largamente reivindicado. El objetivo se ha logrado en lo que constituye un ejemplo de cooperación entre administraciones: Consell de Menorca, Govern balear y Ministerio de Cultura. Ahora empieza lo más difícil: transformar en beneficio para toda la Isla esta distinción.