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Tribunal Superior de Justicia de les Illes Balears revelan que han aumentado un 14,8 por cien las denuncias por violencia de género en el archipiélago durante el segundo trimestre del año. Es una pésima noticia cuando las Islas están a la cabeza de las comunidades autónomas con más víctimas. Es una realidad que nos obliga a adoptar medidas para que las estadísticas no sigan esta dramática tendencia.

La Policía Nacional, con su equipo especializado de la UFAM (Unidad de Atención a la Familia y Mujer), y la Guardia Civil con sus agentes de Policía Judicial en violencia de género, realizan un trabajo excelente para combatir a los maltratadores. Pero no es suficiente. Más de 3.000 mujeres de Balears reciben protección policial para evitar que sus parejas las ataquen intenten acabar con sus vidas.

Casi 600 denuncias por violencia de género se interponen de media al mes en Balears, lo que da una idea de la magnitud de este problema. Ante esta barbarie, solo cabe un firme compromiso social, que empiece en las familias y las escuelas, de respeto hacia las mujeres, y apoyo incondicional de las instituciones. Muchas de estas víctimas tienen que dejar sus trabajos por las secuelas y necesitan ayuda urgente de la Administración. La Justicia tiene que ser implacable con los maltratadores, muchos de ellos reincidentes.